Nobuo Uematsu y el arte en los videojuegos

Estaba un poco aburrido cotilleando Twitter y me he topado con la información de que hoy (21/03) es el cumpleaños de uno de los mejores compositores de bandas sonoras de la industria del videojuego, por lo que no he podido evitar escribir estas líneas

Nobuo Uematsu

Cuando conozco a una persona, me gusta hacerle la pregunta de ¿Qué opinas sobre los videojuegos? Normalmente suelen responder con un me gustan… pero no suelo encontrar a nadie que me diga «son arte» y me entristece porque soy un fiel defensor de esta afirmación. Los videojuegos son arte y son capaces de transmitirnos sentimientos mientras jugamos, uno de los puntos más fácilmente identificables y que me suelen llevar a ganar el debate es la música. La música está ya considerada como un arte y muy poca gente es capaz de decirte no, la música es solo un negocio… Por supuesto que es un negocio pero también hay arte y categorías en la música… Si la música es arte, ¿Cómo no va a a ser arte un videojuego, que suele tener una banda sonora?

Nobuo Uematsu es para mi todo un referente en esta maravillosa industria en la cual por fin soy un miembro aceptado. Pocas bandas sonoras me han logrado hacer reír y llorar como la saga Final Fantasy, mi saga de videojuegos favorita y legendaria en la historia del videojuego… Nobuo Uematsu es uno de los padres de esta saga porque su contribución sonora marcó a innumerables generaciones de jugadores. Canciones como «One-Winged Angel», «To Zanarkand», «Liberi Fatali», el legendario preludio de Final Fantasy 1 con el que arranca el menú principal o incluso el tema para los chocobos son, sencillamente, únicas. Siempre que pongo a escuchar a una persona por primera vez cualquiera de los temas mencionados veo una reacción en su cara y eso, para mí, es arte.

Nobuo Uematsu tiene una capacidad innata para adaptar el leitmotiv de la situación y lograr plasmarlo en sus creaciones sonoras, transmitiendo y reforzando la fuerza de lo que estás jugando en ese momento para crear un escenario único que logra embriagarte de sentimientos. Pocos artistas son capaces de lograr crear esa simbiosis entre juego y música, porque mientras juegas estás interactuando con la situación pero la música no está en la mano del jugador para adaptarla… Muchos juegos tienden a dejar un poco de lado esto y terminan cediendo a la elección de temas musicales que no terminan de encajar con la situación real que el jugador está experimentando y, sinceramente, es normal y muy difícil llegar a ese nivel de unión porque el artista encargado de la banda sonora tiene un estilo y unos gustos musicales que va a plasmar directa o indirectamente y que pueden a veces no encajar con la situación ya que a menudo se trabaja sin tener completamente montada la escena jugable. Es por ello que solo puedo tener palabras de admiración hacia Uematsu, el es capaz de traerte una canción de corte sinfónico y después darte otra con un estilo de heavy metal.

Después de esta declaración de profundo amor hacia el trabajo de Nobuo Uematsu, me despido mencionando especialmente otros trabajos suyos que han pasado más desapercibidos… Su contribución en juegos como Blue Dragon, Lost Odyssey, The Last History o su último trabajo Fantasian son únicos y personales. Siento que cada vez que escucho una canción de Uematsu, un pedazo de su alma está escondido entre sus notas.

Gracias por tanto Uematsu, estoy seguro de que muchos desarrolladores de videojuegos como yo están donde están gracias a tu influencia única.

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